KILTRO
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Con la pésima dirección del director e guionista chileno
Ernesto Díaz Espinosa, la tenue producción de Derek Rundell y la actuación
especial de nuestro protagonista y experto en arte marciales Marko Zaror,
juntos entre todos lo muchos extras que
estuvieron y murieron (ficticiamente, obviamente) que descansen en paz sus
mutilados cuerpos.
En fin
esta cinta se estreno en el año 2006, su genero se basa en la acción e artes
marciales y tuvo una inversión inicial de 4.000.000 millones de peso, una cifra
realmente pequeña para un film que no recupero el dinero gastado por lo
privados que confiaron en el proyecto audiovisual.
SINOPSIS
¿Te gustan las
películas del maestro Bruce Lee? ¿Eres un aficionado de las artes marciales
dentro y fuera de las paredes del cine? Pues entonces prepara tu asiento, lleva
un pañuelo para limpiarte el rostro de la sangre de los enemigos de el Kiltro y
disfruta de una realización cien por ciento chilena la primera en escoger el
estilo de las artes marciales en Chile e latinoamerica.
CONTEXTO DE PRODUCCIÓN
Debo ser sincero, este tipo de película en Chile no se
ven a diario, supongo que ha sido un gran esfuerzo lograr armarla y realizarla
con tan bajo presupuesto, de básicamente cuatro privados que confiaron, pero no
lo suficiente en la ambición de Ernesto.
Nos queda por preguntar entonces ¿Cómo lo logró con la
cantidad de cuatro millones de peso, pues bueno no hay que ser mago para
responder dicha pregunta, pues se nota, pero a por montones cuando usa estudia
y de muy baja calidad, pues me parecen más sacado de una obra de teatro por
sobre una que intente siquiera llevarme a una diegesis y no sacarme de ella,
así que lo del presupuesto no lo supieron llevar ¡Es que tampoco pudieron
lograr mucho con la cantidad que le dieron!
En fin, se respeta la innovación y queda más que claro
que fue un proyecto hecho con el amor de un fanático de las películas de kun fu
antiguas, es decir, las referencias están a la vuelta de la esquina es cosa de
ponerle atención.
ARGUMENTO
Si
tuviera que decir una sola palabra para describir esta película, pues diría que
“Amor” ¿Curioso o no? Si pues la escuche tantas veces que casi demando a la
cinta por intento de homicidio en contra de mi pobre oreja no tan romántica.
Pues
bien, le contaré de lo que trata más menos, un joven impulsivo, callejero,
agresivo pero un enamoradizo que no sabe cómo conquistar a una jovencita
coreana que vive en Chile pero va al “colegio” vestida como en Asia se visten
las estudiantes (Curioso), en fin el tema principal es el camino del héroe para
rescatar a su chica de las garras de un despechado.
¿Ha debo
continuar? Pues eso es todo, mucho argumento no tiene, de hecho ¿Por qué duró
una hora y media? En fin, eso es todo lo que hay, una simple historia que
cualquier tipo con una imaginación limitada podría crear.
VISIÓN GENERAl
¿Te gusta el Karate? Esas grandes aventuras del viaje del héroe
típicas de los relatos audiovisuales de Hollywood, bien, no es de la misma
calidad, pero tampoco hablamos de algo a una distancia de años luz.
Seré sincero y eso no es traicionar a la patria
sino criticarla para mejorarla, la verdad es que las escenas de las batallas
son simplemente geniales, de hecho no parecían haber sido de aquí, de este
largo y angosto país, pero lo fueron, de verdad les agradezco por eso, sin
embargo y he aquí el Pero que todos morbosamente esperaban, solo aquello fue lo bueno, pues la
historia principal no tenía un sentido verdadero, el antagonista era malo ¿Por
amor? ¿De verdad? ¿Es enserio? ¡Vamos que no tenía un motivo real! Además , el
héroe o protagonista en su largo y tedioso pero muy simple viaje se transformó
por que literalmente perdió la memoria, que tontería más grande, sin contar que
él o la directora de arte no se dio la
molestia de hacer bien su trabajo, pues si lo que deseaba era generar un contexto situado en la realidad
del bajo mundo en Santiago, entonces, fracasó, en fin solo les debo indicar que
es mejor que no la vean, no posee sentido alguno más que mostrar el pretexto
imperfecto de las artes marciales.
Alumno: Mauricio Hernández.
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